
No he querido publicar ni un fragmento de mi diario de viaje ni una crónica diaria. Simplemente pretendo con estas líneas aportar mi granito de arena a este blog, explicando no lo que hacemos, sino todo aquello que extraemos de cada momento que vivimos esta ruta.
Las acciones no son lo que hacen de este viaje algo inolvidable. Las personas con las que compartes la ruta, aprendiendo con y de ellos, son las verdadera magia de esta experiencia.
A cada paso que das en en ella, algo nuevo crece dentro de ti mentras vas dejando atrás tu viejo yo. La Ruta se convierte así en un lugar de aprendizaje único.
Con media Ruta ya recorrida te vas dando cuenta de que todo es más auténtico e increíble de lo que un día imaginaste.
P.D: Yayo, ni te imaginas lo que se puede crecer y echar de menos en tan poco tiempo.
One comment
Fernando
27 julio 2014 at 22:22
Nieta, tu crece lo que quieras pero haz el favor de volver con la sabiduría aprendida de tus compañeros de aventura. Y no rechaces todo los viejo que en algún momento servirá para recordar lo bueno que es hacerse yayo.
Comments are closed.