
Pristina, capital de Kosovo, es una ciudad poco convencional para el turismo. A siglos de dominio y herencia otomanos le siguieron diseños de arquitectura socialista, además de algunos edificios controvertidos de reciente construcción. Sin embargo, merece la pena visitarla para conocer su originalidad. Así lo hizo Javier Baranda Alonso, miembro de nuestro equipo de intendencia, con esta curiosa fotografía para Inteños por el Mundo. Además, Kosovo es el primer país de mayoría musulmana que aparece en esta sección.
Como la capital más joven de Europa, Pristina conserva restos de tiempos más antiguos, pero también está en pleno desarrollo. Tras una rápida campaña de modernización a mediados del siglo XX, buena parte del centro histórico fue destruido por la guerra a finales de los años noventa. Solo una pequeña parte de él sobrevive a día de hoy. Sin embargo, entre lo que queda hay diamantes ocultos para los visitantes, y algunas de las áreas que se perdieron han sido sustituidas por estructuras modernas y monumentos que hablan más de la historia reciente de Kosovo que de ningún otro periodo histórico.
Uno de los lugares más sorprendentes es precisamente la estatua dedicada a Bill Clinton, presidente de Estados Unidos durante la guerra de Kosovo (1998-1999), que junto a las tropas de la OTAN intervino militarmente para apoyar a la entonces región yugoslava. El país declaró unilateralmente su independencia de Serbia en 2008, hecho que todavía no ha sido reconocido por España, México, Argentina, Rusia o China, entre muchos otros países.
Fuente: Wikivoyage.