
La célebre laguna azul (Blue Lagoon) es uno de los lugares imprescindibles que no pueden perderse en su viaje a Malta. Una vez allí te drás cuenta por qué: es una auténtica postal, un paraíso de bancos de arena blanca y aguas azul turquesa, transparentes, donde darse un baño se convierte en un placer. Este lugar idílico fue visitado por Susana Millán Hurtado, expedicionaria de la Ruta Inti 2016 y 2017.
El agua es tan transparente que muchas veces te parecerá ver las barcas o lanchas flotar: solo verás su sombra reflejada en la arena. Además, esta arena es completamente blanca, fina y suave. La laguna azul es una piscina natural de aguas limpias y poco contaminadas, ideales para bañarse sin peligro. Algunas de las actividades más practicadas son el snorkel o el buceo. En todo caso, en esta laguna tan concurrida de turistas también destacan otras, como por ejemplo el esquí acuático.
El viaje a la laguna azul puede aprovecharse para visitar la isla de Comino, que no es muy grande (tan sólo 3.5 km. cuadrados). Allí destacan la bahía de San Nicolás y la bahía de Santa María, con bellas playas de aguas transparentes. También se pueden hacer pequeñas rutas de senderismo (la mejor época es en primavera, cuando aún no hace mucho calor) de corta duración a lo largo de las bahías, o de cuatro horas por toda la isla. Por supuesto, es aconsejable darse una vuelta en barco por las cuevas más interesantes: cueva de Santa María, ideal para los amantes del buceo, y la cueva de Cristal, a solo unos minutos en barco de la laguna azul.
Fuentes: Isla Malta y Guía de Malta.