
La isla de San Miguel es la más grande e importante del archipiélago de las Azores, perteneciente a Portugal, y sede de su capital: Ponta Delgada. En su centro nos esperan los fascinantes paisajes de Lagoa do Fogo, una de las grandes atracciones naturales de la isla. Hasta allí viajó Julia González Vinuesa, expedicionaria de la Ruta Inti 2015, para enviarnos esta fotografía para Inteños por el Mundo.
Este gran lago azul –de unos dos kilómetros de largo por uno de ancho– ocupa la base del cráter de un volcán ya extinto y cuya caldera se formó de manera definitiva tras la erupción de 1563. Las aguas de la lagoa do Fogo son transparentes y hay una pequeña península con playas de blanca arena. Su belleza y serenidad reflejan una verdadera maravilla natural, que mantiene el carácter salvaje y primitivo por ser la laguna que ha tenido menos intervención humana de todas las de San Miguel.
Desde el camino del norte, a medio camino del cráter, encontramos Caldeira Velha. Se trata de un lugar de exuberante vegetación endémica e incluso tropical, con una fumarola activa y una piscina natural bajo una cascada de agua caliente sulfurosa (38 °C); invita a un relajante baño en cualquier época del año. En este área se hace evidente que en la región sigue habiendo actividad volcánica.
La isla de San Miguel tiene 747 kilómetros cuadrados (65 km de largo por 16 km de ancho). Sus 135 000 habitantes representan más de la mitad de la población total del archipiélago. Su apelativo “la isla verde» se justifica por la increíble fertilidad de su suelo. El punto más alto de la isla, con 1150 metros, es el pico da Vara, que forma la parte final del macizo volcánico del este.
Fuentes: Azores-islands y Walk Me Guide.