
Querida Sofía:
Esta ciudad te encantaría. Budapest está llena de magia y sus encantadas calles y edificios hacen que parezca un museo al aire libre. Te habría gustado mucho estar aquí.
Lo que sé que no te haría tanta gracia sería el tener que madrugar. Esta mañana nos han despertado temprano porque hemos recibido una calurosa bienvenida en el parlamento de la capital húngara.
El edificio de estilo neogótico era impresionante por fuera, pero aún más por dentro. Te hubiesen encantado los colores y adornos dorados del techo y las paredes; te habrían recordado a los edificios de los libros en los que tanto te gusta sumergirte.
Hemos tenido el privilegio de asistir a dos conferencias hoy: una de János Horváth, exdiputado húngaro, que nos ha contado su experiencia en el parlamento, y otra en la sinagoga más grande de Europa, sobre la vida y tradiciones del pueblo judío.
Durante el tiempo libre, los ruteros hemos visitado la ciudad por nuestra cuenta. Carla y yo hemos decidido perdernos por las calles de Budapest. He entrado en una pequeña tienda preciosa de libros de segunda mano que te hubiese encantado. Olía a libros viejos y estaban todos en húngaro, pero aún así te hubieras quedado sentada en las escaleras pasando las páginas amarillentas durante horas.
Lo mejor del día ha sido subir a la Citadella y disfrutar de las vistas de la ciudad desde allí arriba. La Ruta nos había preparado una sorpresa, y hemos podido ver y escuchar un baile húngaro con música en directo. Deberías haber visto el enorme contrabajo de tres cuerdas que estaba tocando uno de los músicos. Te habría recordado a cuando solíamos tocar el violonchelo por las tardes en la buhardilla.
Después de pasar un buen rato observando la ciudad de noche, hemos vuelto en metro al colegio donde estamos hospedados, y me he acordado del invierno pasado cuando casi nos perdemos entre los trenes de Praga.
Ahora estoy sentada en unas gradas dentro de la entrada del colegio viendo una obra de teatro sobre la Ruta que están interpretando algunos de los expedicionarios. Me da mucha pena pensar que mañana es el último día, pero por otra parte ya tengo ganas de verte.
Espero que algún día tengas la increíble oportunidad de venir aquí, a la Ruta. Con lo aventurera que eres, sé que te encantaría.
Nos vemos muy pronto.
Te quiere,
tu hermana Claudia.
Claudia Estrella Gutiérrez (expedicionaria)