
27 de julio ya. Parece que fue ayer cuando empezábamos nuestra aventura en L’Hospitalet y aquí andamos, con gran parte de la Selva Negra alemana caminada por nuestros pies. Los ciclistas tienen etapas de descanso en el Tour y nosotros no íbamos a ser menos, así que hoy tocaba disfrutar de nuestro merecido descanso después de tres días intensos de caminatas.
Siguiendo nuestra rutina, nos hemos levantado a las 8 y desayunado a las 08:30. Por la mañana había talleres: Física divulgativa, la oratoria y el debate en público y, por último, Raquel nos ha impartido un taller de hulla-hoops. Después de esto hemos tenido tiempo libre, algunos lo han utilizado para bajar a St. Peter a comprar comida para acompañar en las marchas que nos quedan. Otros han optado por ir a la piscina del polideportivo donde estamos durmiendo y el resto que no han hecho ni una cosa ni otra simplemente han descansado en las esterillas, hablando, escuchando música…
Después de una magnifica pasta a la carbonara hecha por Sergio, los monitores nos han dicho los planes de por la tarde: visitar Friburgo (conocida como la capital de la Selva Negra), conocer aún más St. Peter y sus alrededores como la iglesia católica y el monasterio, o para los que el descanso de por la mañana no había sido suficiente, descansar aún más.
Los que han visitado Friburgo han disfrutado de la famosa tarta de Selva Negra, cafés, chocolates calientes y riquísimos bretzels, de su catedral gótica y de las vistas de la ciudad desde una colina cercana. Un aire fresco nos recorría toda la cara cuando mirábamos el maravilloso paisaje de la ciudad, inspirador y revitalizante.
Los que finalmente optaron por quedarse en el pueblo, y después de su visita a la iglesia y al monasterio, volvieron al polideportivo para quedarse jugando entre ellos. Un juego llamado “Beso-placaje” un juego bastante curioso en verdad.
Los que decidimos por quedarnos descansando en el polideportivo tuvimos nuestra merecida siesta y después de eso nos fuimos a comprar algo para comer y beber y sentarnos en un parque a charlar y contar nuestras opiniones sobre la ruta. Al anochecer fuimos al polideportivo a ducharnos y entrar algo en calor.
Y ya para acabar, nuestros músicos han sacado las guitarras, ukeleles y el piano para tocar todo el cancionero que Yara nos ha preparado y así relajarnos para subir mañana al monte Feldberg, la cima más alta de la Selva Negra.
Néstor Panadero Olmos (expedicionario)
Miriam Hernández Seguí (expedicionaria)