Tánger por Eduardo
Hoy le he ganado dos horas al tiempo. Dos horas y seis siglos. Buena jugada si tenemos en cuenta que ha bastado con cruzar algo así como un gran río; no más de cinco paradas en Cercanías.
Me alegro de haberlo hecho en barco, de haber podido verme en medio de dos grandes bloques. Creo que de poco sirve saber lo estrecho que es el Estrecho hasta que no lo has olido: África a un lado, al otro Europa; ambas orillas a un golpe de ojo.
Para mí, África fue siempre roja, pero Tánger es verde y gris. Un poco del Raval a lo grande. He perdido el sentido de la medida y sigo sin entender nada. Es culpa del mar.
Año 1435.