
Ronda II por Miguel García Campos
Nuestro último día en la Península la hemos pasado igual que ayer, en la ciudad de Ronda. Un gran paseo por la naturaleza del lugar ha ocupado la mayor parte de nuestro tiempo.
Hemos tenido la suerte de contar con Jorge Castrillo y Elena Santamaría como guías por el Tajo que corta en dos el centro histórico de la ciudad. Tras cruzar por encima del famoso Puente Nuevo, emblema de la ciudad, volvimos a pasarlo por debajo en un recorrido con excelentes vistas panorámicas de este monumento del siglo XVIII.
A partir de ahí hemos retomado las actividades de voluntariado, limpiando parte de la senda por la que íbamos caminando. En esta parte nos sorprendió mucho lo que encontramos: papeleras, palos, tubos, pantalones, zapatos…
Esta actividad nos llevó a un descenso hacia el curso del río, visitando algunos viejos molinos de trigo y concluyendo la mañana en unas pozas naturales, cuando el calor empezaba a pasarnos factura. Este rato de diversión lo aprovechamos para descansar y comer antes de reemprender la marcha cuesta arriba y concluir el voluntariado tirando toda la basura.
Antes del tiempo libre, los monitores y el jefe de campamento nos dieron una charla práctica sobre cómo organizarnos, movernos y comportarnos en Marruecos: comida, bebida, dinero, vestimenta, trato con la gente, regateo y todos los aspectos necesarios para unas semanas placenteras que comienzan mañana mismo.
La jornada acabó con una gymkana nocturna que compartí con Antía y Miguel por las calles de la ciudad, reencontrándonos con Jorge y Elena, paseando y descubriendo, a la luz de las farolas, cómo Ronda preserva su legado andalusí.