Hoy sí que sí ha sido un día duro, al menos en lo que a dormir y despertar se refiere. Hoy hemos tenido que despertarnos a las 4:30 para coger el bus a las 5:00 en dirección Granada, a la que hemos llegado a las 10:30. Como el trayecto era de 6 horas, hemos desayunado en ruta, para llegar a Granada con las pilas bien cargadas.
Nada más llegar hemos descargado el autobús de mochilas y montado las tiendas, que por primera vez en las tres veces que llevamos, hemos clavado con piquetas. Después hemos montado en el bus camino al parque de las ciencias, que es un museo increíblemente completo de ciencias naturales y divulgación científica general.
En este museo hemos podido comprobar que la curiosidad de los intis es digna de elogio, ya que todos querían ir a prácticamente cada cosa que estaba expuesta, si bien los juegos infantiles han hecho las delicias de una buena parte de ellos.
Después de cuatro horas y poco que han parecido ser mucho menos, hemos comido en el patio y organizado una serie de talleres para los cuales nos habían cedido una serie de salas, lo que según Erick Miraval, profesor del aula de pintura, ha permitido que hayan tenido una de las mejores clases posibles.
Después hemos dado un tiempo libre de dos horas, tras el que hemos vuelto al camping para cenar, ducharnos y dormir.
No parece un día cansado en exceso, pero juro que se ha dejado sentir como tal.
Mañana más 🙂