
Cuando la expedición despierta muchos de sus miembros no parecen ser conscientes de estar ya en territorio extranjero. Es como si una nube de confusión se condensara entre las cuatro paredes del edificio. Sin embargo, afuera esperan, pacientemente, lo clásico y lo moderno, la cuna de Europa, la crisis y el esplendor de un pasado ya olvidado.
Una gymcana cultural permite a los expedicionarios descubrir la tumba de Sócrates, padre de la filosofía, sentarse a los pies del Acrópolis tal y como hicieron los antiguos, sentirse manifestante en la plaza Sintagma, más aún si cabe en una Europa cada vez más temblorosa.
Atenas esconde entre sus callejuelas iglesias ortodoxas, puestos de roscas de pan a buen precio, grandes supermercados con tiendas lujosas, niños tocando el acordeón por dos monedas. Es tal su inmensidad, tal el peso de su historia, tal su problemática actual, que el ambiente parece cargado, tenso en lo profundo.
Tras comer en un parque céntrico, la expedición disfruta de un taller temático de la mano de Alex y Carlos, politólogos de la expedición, que profundizan en la complejidad política de Oriente Medio. Entre los temas más destacados; el reciente conflicto turco y las características principales del Estado Islámico.
Al finalizar, una caminata urbana, breve, de entorno a una hora, conduce a la expedición al Museo Arqueológico, ya atardeciendo, donde los jóvenes exploran las diversas etapas de la Grecia Clásica a través de sus jarrones, armaduras, utensilios de cocina etc. Todos estos elementos son la prueba viva del esplendor cultural y comercial de esta civilización.
La noche se acerca decidida. La expedición, con el tiempo en su contra, se desplaza al monte Licabeto, punto más alto de la ciudad. Desde allí, Atenas se asemeja a un fondo de acuarela en distintos blancos, con el único rojo de la luz del sol, ya casi oculto, brillando en el horizonte. Se ve a los ruteros meditabundos, con la mirada fija en la nada más absoluta, asimilando lo que las prisas y el viaje no permiten a diario.
Con ese recuerdo de paz, de libertad, de vida, que verdaderamente supone un antes y después en esta aventura, se apagan definitivamente las luces luces.
One comment
belenpz29
2 agosto 2015 at 13:55
Un día estupendo, ¡cómo me gustaría vivirlo con vosotros! Os deseo un viaje intenso.
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