
Esta mañana hemos decidido dar un descanso a los expedicionarios y permitir que durmieran hasta tarde. Bueno, entiéndase por tarde las 8 de la mañana, que en una vida normal veraniega, es bastante temprano.
Hemos pasado la mañana haciendo una visita por el Toboso, donde nos han llevado por el pueblo pasando por los sitios que se nombran en el libro Don Quijote de la Mancha cuando hablan de la casa de Dulcinea.
Por el camino hemos podido pasar por Domus Artis, una galería de arte en que nos ha dado José Enrique Gómez una charla sobre el Quijote y el Toboso.
En la misma sala, hemos podido disfrutar de una exposición de instrumentos de todo el mundo y una colección de cerámicas típicas de la Mancha. El segundo museo que hemos visitado ha sido el museo del humor gráfico de el Toboso, dedicado a la figura de Dulcinea en su mayor parte.
Siguiendo con la temática quijotesca, hemos ido después al museo cervantino, que cuenta con un buen número de ediciones del quijote escritas en múltiples idiomas, todos ellos firmados, principalmente por personalidades importantes de los países que los han donado (como dato llamativo, hay uno firmado por Hitler junto a uno firmado por Mandela, para equilibrar, debe ser).
Por último en lo que a la visita respecta, hemos ido después a una fábrica de queso, en la que hemos podido probar un par de trozos de queso junto a vino tinto o blanco, lo que ha provocado sucesivos brindis durante la cata.Desde allí hemos vuelto hacia el pabellón que nos han cedido y donde nos han preparado una caldereta y unas migas impresionantes, que han sido motivo de varios calurosos aplausos y una ovación a los cocineros.
Para terminar con un día relajado, hemos pasado la tarde en la piscina, que con el calor que estamos teniendo, se agradece un chapuzón.
Hemos salido de allí de vuelta al pabellón para cenar y hemos hecho después una breve marcha para ir a observar las estrellas, en una charla de astronomía que nos ha ofrecido nuestro compañero Álvaro Romero, que es el director del grupo de Astronomía de la facultad de arquitectura de la universidad politécnica de Madrid.
Tras esta charla, hemos venido directos al pabellón para tratar de aprovechar lo mejor posible las 5 horas de sueño que quedan antes de irnos hacia nuestro próximo destino: Cuenca. Mañana promete ser un día muy cansado, pero entretenido. Me voy a aprovechar las 4 horas de sueño de monitores, que falta nos hace.
One comment
BEGONIA
15 julio 2014 at 08:53
Es como una novela de aventuras. Es dura la espera hasta el próximo relato.
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