Victor Torres, Segovia.
Victor tiene 22 años, es de Navas de Río Frío, y es expedicionario del Grupo 3 de Ruta INTI. Estudia astrología.

Hoy amanecimos en Izamal, en la base del convento de San Antonio de Padua, en la ciudad amarilla. Mientras aún me sacaba las legañas, empezamos a hacer ejercicio, algo de crossfit. Desayunamos, charlamos con el mismo hambre de siempre y subimos a los buses. La vida aquí está llena.
Cuando amaneció por segunda vez, estábamos en Cansahcab, nuestra casa en los próximos días. Fuimos al polideportivo y, lleno de inspiración, escribí sobre muchas cosas. Después jugamos al volley.
También fue el cumpleaños de dos ruteros y logré mi primera victoria en el juego del “cluedo”, con un cargador. Tuvimos una charla con Antonio Prats, de la Embajada de España en México. Comimos y, después de ducharnos, empezó a diluviar.
Cosas de ruta, que después de poner a salvo nuestras pocas pertenencias, lavamos la ropa al son de una carcajada de locura.
Todo está completo aquí.
Luego hicimos diversos talleres, diferentes para cada uno de nosotros. En mi caso, visitamos un jardín lleno de plantas medicinales. Personas que nos contagiaron su pasión por la naturaleza.
Casi para terminar, fuimos, como es costumbre, a un evento del pueblo. Bailes populares y otras palabras. Extrañamente, experimenté nostalgia. Segovia…
Paseamos por un mercadillo, cenamos maravillosos tamales envueltos en plátano y maíz. Para concluir, hablamos del día siguiente y lanzamos el acostumbrado torrente de preguntas que marca nuestra curiosidad.
Con tanta intensidad y plenitud, apenas me detengo, raramente recuerdo cómo era antes. Como si fuera un mundo ajeno y pocas veces pienso en mi gente allí. Es una sensación extraña, porque me pregunto si debería sentirme diferente, pero no lo sé.
Hoy me acordé de mi madre, ya que también es su cumpleaños. Esto es imposible de ignorar, inconmensurable en cada paladar. Seguiré hasta el final, porque me encanto aquí, y eso también es nuevo.
Felicidades mamá, te quiero.