
El ascenso del caracol
La carencia de un aborto legal en la Argentina, la auto superación, la reducción del uso de plásticos, el
comunismo, la Geología, qué pasará cuando acabe la Ruta, el amor libre o El camino de Delibes han sido
algunos de los temas de las que conversaciones que han recorrido Escocia, gracias a las piernas, de las 87
personas expedicionarias que forman Ruta Inti 2019.
Tras los 153 kilómetros que han dejado atrás —paso a paso— con sus casas a cuestas a través del
húmedo West Highland Way, ruteras y ruteros han subido colinas, atravesado valles, dormido y caminado
bajo la lluvia y, sobre todo, han sufrido la persistencia del mosquito midget que según se dice en la Inti
<<es el motivo por el cual los romanos duraron tan poco tiempo por estas tierras>>.
No obstante, todo eso ya ha quedado atrás pues un día de expedición es un mes de vida y hoy: día 23 de
los 28 que forman la expedición, la alerta cinco de midgets que sufrió el norte escocés ha quedado atrás.
Asimismo, casi nadie consigue desprenderse de la “mosquitera facial” durante la repartición de la comida
o en la hora mágica, la favorita para esta comunidad de mosquitos en cuanto a morder manos y caras se
refiere.
Paso a paso
Hoy, Ruta Inti asciende sus ampollas y sus límites hacia la cumbre más alta de Reino Unido: el Ben
Nevis. 1345 metros sobre el nivel del mar los cuales, quizá, veintitrés días atrás les parecerían
insuperables, pero que ahora, tras casi un mes cual highlanders, miran como una pequeña barrera más que
saltar. O como otro “bautismo de fuego” como acertadamente se refería Miguel de la Quadra-Salcedo
cuando aventureros como Fernando —director de Ruta Inti— auto superaban lo que hasta entonces
pensaban que eran sus fronteras.
El ascenso al Ben Nevis puede que no sea de los más duros, pero la paliza física y mental que están
viviendo estos caracoles —por primera vez caminando sin su casita a cuestas— causa mella. Las
ampollas revientan, las picaduras se inflaman, la vista se nubla y el cansancio del tren inferior conlleva
algún traspiés, no obstante, nada les hará no alcanzar su nueva meta. Quizá sí decelerar su paso, pero
como buenos caracoles: avance lento, pero constante.
Guillermo Jiménez Carazo