
Amanece demasiado pronto, volvemos a dormirnos, y finalmente despertamos a son de gaita. El acroyoga por binomios en la mañana sirve de calentamiento y también para desentumecer los músculos de cara a la primera caminata de esta expedición. La excursión consiste en subir, y bajar, claro está, el monte de Pen y fan que se encuentra en el corazón del Parque Nacional de Becon Breacons. Este es un promontorio de unos 250 metros de desnivel desde la base y cuya cumbre está a 890 m.s.n.m.
La ascensión comienza a buen ritmo, pero este disminuye conforme nos acercamos a la cumbre.
Es patente que no estamos acostumbrados al sentido de circulación británico, y en la caminata continuamente los monitores recuerdan que este es por la izquierda. Cuando por fin llegamos a la cima, resulta que la verdadera en realidad está en el siguiente repecho. Una vez arriba, los ruteros aprovechan para contemplar las impresionantes vistas y posan para las fotos junto a los mosquitos. Sus picaduras parecen pequeños mordiscos y dejan unas extrañas marcas moradas en la piel. Bajamos la montaña sin percance alguno y los autobuses nos llevan de vuelta al campamento de Hay on Wye, donde se sirve la comida. En esta ocasión los ruteros pueden repetir, incluso tripitir de macarrones, y eso levanta los ánimos.
Por la tarde tenemos la conferencia de Malcolm Carroll, activista de Greenpeace, sobre el turismo y su impacto en la biodiversidad. La charla resulta amena e instructiva a la vez, y nos conciencia para minimizar nuestro impacto negativo sobre el medioambiente en los lugares que pasará la expedición. Tras la charla nos disponemos a ir al río Wye a bañarnos, que buena falta nos hace, aunque algunos ruteros ya se habían podido duchar tras la caminata. El agua está bastante más templada de lo que podríamos imaginar en un principio, y la tranquilidad de sus aguas y la espesura que cubre la orilla transmiten mucha paz.
Mientras Miguel e Íñigo interpretan “Dust in the wind”, la luna roja aparece sobre las colinas, e ilumina el castillo de Hay on Wye, cuya silueta podemos imaginar a pesar del andamiaje que lo cubre.
Santiago, Coordinador Académico.