
Amanecer en Gales podría ser bonito. No obstante, el hecho de que el sol ascienda a las 5:00 am, habiendo dormido más bien poco, no ayuda. La primera actividad del día ha sido una necesaria sesión de estiramientos donde el cuerpo implora un desayuno consistente. Acto seguido el monitor Jefferson, ha mostrado su don de genes consiguiendo quitar la vergüenza y prejuicios a 90 jóvenes mediante ejercicios divertidos y útiles. Después de comer, Nano ha introducido los ejes temáticos a tratar durante la ruta mediante una enriquecedora charla que comparte nombre con nuestra expedición.
El siguiente destino, ha sido Hye on Wye, un pequeño pueblo con nada menos que 28 librerías y edificios sacados de un cuento de hadas. Allí hemos recorridos sus calles y pequeños comercios mientras buscábamos pistas para una yincana.
A continuación, y para nuestra desgracia, hemos descubierto que el “Tea Time” no tenía “Tea”. Aunque ha resultado productivo para organizar las aulas que seguro nos darán montones de horas de entretenimiento. Al volver al campamento, algunos compañeros han organizado cuatro talleres que nos han permitido conocer, telas acrobáticas, frisbee, conversaciones interesantes y tribus históricas en Gran Bretaña.
Tras una cena calentita, hemos disfrutado de la presentación sobre rupturas históricas desde diferentes perspectivas relacionadas con la Ruta.
La velada ha culminado con dos archiconocidos juegos en esta expedición: “El totem”, que consiste en la elección de la mayor metedura de pata del día, y la lectura de “El buzón”, con cartas y peticiones anónimas de lo más variopintas.
El comienzo no podría haber sido mejor. Los que hace 24 horas eran completamente desconocidos, ahora empiezan a ser familia. La mejor experiencia de nuestra vida, comienza a cobrar sentido.
Alba y Juan Carlos.