
Teyuna, la Ciudad Perdida, fue un importante asentamiento de los indígenas tayronas, la etnia dominante en esta zona del Caribe colombiano cuando llegaron los conquistadores españoles en 1525. Se extendía por unas 30 hectáreas en una ladera boscosa de la Sierra Nevada, a 1200 metros de altitud, fue construida hacia el año 700 y llegó a albergar más de 2500 personas. Los españoles nunca subieron hasta aquí, pero las guerras y las enfermedades diezmaron a los tayronas que se extinguieron paulatinamente hasta que hacia 1600 la ciudad quedó abandonada, cayó en el olvido y el bosque tropical húmedo se apropió de ella. Hasta allí viajó nuestro director, Fernando Enríquez Almorín, para Inteños por el Mundo. Su trayecto se enmarca en la fase previa a la preparación de la Ruta Inti 2018, que recorrerá Bolivia y Perú.
La Sierra Nevada de Santa Marta es una cordillera separada del sistema andino que se eleva desde el mar hasta 5775 metros de altura, y alberga un ecosistema único en el mundo. Aquí se ubican los restos de la ciudad Teyuna, como se llama en el lenguaje indígena, Buritaca 2000, nombre técnico entre los arqueólogos, y Ciudad Perdida, como la conoce el resto de los mortales.
La ciudad fue abandonada y la difícil orografía y la densa jungla circundante la mantuvieron en el olvido durante siglos. Fue descubierta en 1972 por un grupo de huaqueros, que observaron las terrazas de piedra. Los trabajos de restauración que se han hecho han recuperado la escalinata con 1200 escalones desde el río Buritaca hasta la ciudad y los círculos de piedra que servían de cimientos para las chozas de madera. La mayoría de los objetos ceremoniales encontrados y de tesoros recuperados pueden ser vistos en el Museo del Oro en Bogotá. El principal atractivo de la ciudad es la propia ubicación y las terrazas ceremoniales que forman el centro de la Ciudad Perdida. ¡Un lugar mágico!
Fuentes: El País y Vagamundos.