
Catania, la segunda ciudad de Sicilia por detrás de Palermo, cuenta con alrededor de 400 000 habitantes. Bajo la atenta mirada del volcán Etna, Catania ha tenido que adaptarse a lo largo de su historia a los sucesivos desastres naturales que han moldeado la arquitectura y el urbanismo de la ciudad. Ha sido arrasada siete veces por las erupciones volcánicas del Etna, y por terremotos desoladores. Las últimas catástrofes tuvieron lugar en 1169 y 1693, obligando a reconstruir la ciudad prácticamente desde cero. Desde allí nos envían esta fotografía Victor Torres «Limo» y Sara Peinado para Inteños por el Mundo.
En 2002, la UNESCO declaró a Catania Patrimonio de la Humanidad y actualmente muchos de sus monumentos están siendo restaurados para llevarlos a su antiguo esplendor. Su origen se remonta al 730 a.C., cuando llegaron los griegos, y fueron ellos quienes que marcaron el inicio de una larga cadena de invasiones y conquistas. Más adelante vendrían a Catania normandos, bizantinos, árabes y españoles, para apoderarse de estas tierras. Todos dejaron a su paso huellas que todavía se mantienen en la memoria colectiva y que abrieron el camino para el encuentro de diferentes culturas que se amalgamaron hasta consolidar la idiosincrasia catanesa. Sede de la primera universidad de Sicilia, fundada en 1434 por Alfonso V de Aragón, Catania desprende una intensa tradición intelectual, con círculos culturales que promueven los estudios universitarios desde todos los ámbitos.
La fuente del Elefante se erige como eje central de la plaza de la Catedral y es el símbolo de la ciudad. Esta original obra fue concebida por Giovanni Battista Vaccarini en 1736, quien integraría diversos elementos hasta lograr un conjunto que representaría la esencia de la ciudad. Se dice que el elefante y el obelisco datan de la era romana y que el artista se inspiró en el Elefante de Minerva de Bernini, que se encuentra en Roma.
La fuente representa tres civilizaciones: la púnica, la egipcia y la cristiana. El elefante, esculpido en roca volcánica y probablemente de manufactura bizantina, es el símbolo de la derrota de los cartagineses llegados para conquistar la isla. El obelisco egipcio es de granito de Syene y tiene jeroglíficos al culto de Isis, probablemente traido a Catania desde Egipto en tiempos de las cruzadas; representa propiamente a la civilización egipcia. La cruz, la plama, el lirio, la tabla angélica y el globo que coronan el monumento representan la cristiandad junto a la insignia de Santa Ágata, patrona de la ciudad.
Fuente: La Sicilia.