
La aventura, esa es mi pasión. No necesariamente una aventura entendida como hacer puenting o rafting sino, más bien, como la adrenalina que recorre nuestro cuerpo cuando nos enfrentamos a algo para nosotros desconocido. Viajar, con sus riesgos y sorpresas, es esa fuente inacabable de aventuras y conocimiento que da en parte sentido a nuestras vidas. Conocer personas,formas de vida, tradiciones e historias nos cambia, nos hace mejores, nos hacever el mundo que nos rodea con otros ojos; probablemente, nos hace valorarmás quienes somos y que tenemos.
Para mí, malagueño, que tantas veces he visto los contornos de África al otro lado del mar, es un anhelo el poder visitar alguna vez nuestro gran continente vecino, especialmente el Magreb que, por razones históricas, comparte un legado y un presente con nuestra cultura. La oportunidad que aporta este añola ruta INTI de convivir auténticamente con una comunidad bereber es, probablemente, la única de este tipo que cualquiera de los participantes tenga en su vida, siendo para mí, sin duda, uno de los grandes alicientes del viaje.
Me considero una persona curiosa e inquieta, siempre activo y lleno de inquietudes; vamos, un “No parar”. Por eso, aunque 36 días visitando 3 países suene extenuante, no se me ocurre mejor plan para realizar en verano,conociendo gente de todo el mundo con el mismo denominador común: su pasión por la aventura.
Es difícil intentar condesar por escrito todo lo que me motiva a participar en la expedición este año, puede que sea demasiado para llenar una hoja. Cuento con que la Ruta me sorprenda, que nada de lo que espero hacer ni aprender sea tal y como espero ahora salvo que, cuando el 16 de Agosto nos despidamos en Marrakech piense: esta experiencia me ha cambiado de por vida.
Santiago Álvarez Ossorio