
Pronto se cumplirán tres cursos desde que dejé la pequeña ciudad en la que vivía para mudarme a Valencia y comenzar mis estudios. Aún no lo sabía, pero ese fue el punto de inflexión más importante de toda mi vida: el que me acabó convirtiendo en lo que soy hoy. Ahora miro atrás, a mi “yo” de primero de carrera, y me doy cuenta de lo mucho que he cambiado, a la vez que me siento enormemente orgulloso de ello. Me pasa con mi versión de hace un año, con la de hace seis meses, o incluso con la de hace solo uno. A día de hoy, trato de cambiar, de mejorar y de convertirme en una mejor versión de mí mismo continuamente. En eso baso esta carta.
En estos casi tres años he sufrido un gran cambio. Comencé a estudiar Ingeniería Biomédica, influenciado por toda una vida en el ámbito científico y sanitario. Solo tuvo que pasar un mes hasta que me di cuenta de que mi verdadera pasión eran el arte y los videojuegos. Tras acabar ese curso, comencé a estudiar el grado que estoy cursando en la actualidad: Diseño y Tecnologías Creativas. Ahora mismo, sin haber terminado siquiera el segundo curso, he aprendido muchísimas cosas de multitud de ámbitos: dibujo, pintura, programación, diseño gráfico, tipografía, audiovisuales, historia del diseño… Aunque si me tengo que quedar con algo de lo que he aprendido, ha sido el trabajo en equipo, la capacidad de sacar adelante un proyecto completo, y saber cómo manejar el estrés en situaciones límite.
Me considero una persona inconformista a la par que optimista. Soy de los que piensan que la zona de confort está para salir de ella, y trabajo a diario para actuar en consecuencia. Soy alguien ambicioso e inconformista, y siempre intento dar lo mejor de mí en todo lo que hago, que además no es poco. Soy de los que prefieren estar ocupados todo el tiempo, por lo que no es extraño verme involucrado en todo tipo de iniciativas, cursos, proyectos…
En cuanto al ámbito de acción social, el curso pasado estuve unos meses participando en un voluntariado de grupos interactivos con niños de tres años en el colegio Santiago Apóstol, situado en el Cabañal, un barrio marginal de Valencia. Este curso participé como parte del equipo audiovisual de la I Edición de la Magic Line en Valencia, una caminata solidaria en la que participaron más de mil personas y para la que grabé y edité los videos promocionales. Además, el curso pasado fui finalista de la edición 2018 de la Ruta 7 ULPGC, un viaje transformador de voluntariado y acción social que recorre las islas Canarias en verano dejando una huella positiva en el entorno.
En lo relacionado con mi carrera y mi futuro profesional, he participado en eventos de videojuegos de todo tipo, como la II Edición del Valencia Indie Summit, evento de videojuegos independientes celebrado durante el mes de Marzo en mi ciudad, o la Global Game Jam 2019, cuyo propósito era desarrollar un videojuego en solo 48 horas. Además, he estado involucrado durante estos dos cursos en el Club de Cómic de la Facultad de Bellas Artes San Carlos de la Universidad Politécnica de Valencia, y gracias a ello he tenido la oportunidad de participar en eventos de todo tipo organizando el stand del club, vendiendo nuestros fanzines (recopilaciones de historias en formato de cómic bajo un tema común), etc.
Mi otra pasión, más allá de los videojuegos y del arte, es el deporte. Desde pequeño he realizado actividades deportivas con regularidad. Estuve muchos años jugando a pádel y entrenando varias veces por semana. Competí durante varios años en la Comunidad Valenciana, y poco después comencé a correr. En la actualidad me centro principalmente en este deporte, y participo habitualmente en carreras populares desde los tres hasta los veintiún kilómetros. Correr te entrena incluso más psicológica que físicamente, y es por ello que trato de hacerlo siempre que puedo. Es un deporte duro, que te ayuda a concentrarte y a cultivar la cultura del esfuerzo. No obstante, si tengo la oportunidad, no dejo de probar otras modalidades deportivas, como la orientación, el bádminton, la natación…
Quiero participar en la Ruta Inti por varias cosas, pero lo más importante es algo que ya he nombrado anteriormente: la zona de confort. Conozco a varias personas que han sido inteños en otras ediciones, y aunque me hablan de lo increíble que fue la experiencia, también me explican lo duro que fue en ocasiones. Este tipo de iniciativas y de viajes son los que me llenan de ilusión y de ganas de vivir, y es por ello que me encantaría participar este año. Además, siempre he sido un apasionado por la lectura y la escritura, algo que despierta aún más mi interés por conocer los países de donde nacieron grandes novelas como 1984 o Un Mundo Feliz.
En definitiva, tengo muchísimas ganas de participar en la Ruta Inti este 2019, y daré todo lo que esté en mi mano si soy uno de los seleccionados para vivir esta aventura. Trabajaré a diario para hacer de la experiencia algo increíble tanto para mis compañeras y compañeros como para mí, y haré que, dentro de muchos años, miremos atrás y lo recordemos con una gran sonrisa.