-Chicos, hoy tenemos una cosa muy importante que decir- comienza a decir Fernando, el director, nada más comenzar la mañana- Y es… ¡Feliz cumpleaños Naila!
Palabras coreadas por la conocida canción de Parchís y por un simpático bailecillo por parte de la organización. Y eso que aún no sabíamos lo mágico que iba a ser este día.
Porque sí, la magia existe, y hoy la hemos creado todos juntos.
Nada más desayunar, Damián Arguch nos ha hablado sobre el viaje como herramienta. De cómo el viaje contribuye al desarrollo personal en diferentes aspectos, como la superación de retos o la introspección. En ese momento se ha dado pie a que las expedicionarias compartiesen sus experiencias con los viajes y el efecto que habían tenido en diversos aspectos de sus vidas.
Y ahí ha aparecido la magia.
Creo que cualquiera que haya estado allí podría describir de igual manera esa atmósfera de intimidad que nos ha ido rodeando poco a poco. Testimonio a testimonio, una burbuja de confianza se cernía a nuestro alrededor. Las palabras de nuestra compañera colmaban nuestra atención, y nuestros corazones estremecían con ella.
Porque la Ruta Inti también es eso, encontrar un lugar en el que ser completamente tú mismo, sin máscaras, delante de personas que hace cuatro días eran completamente desconocidas. Porque sabes que no estás solo que, si te caes, si esa lágrima traicionera asoma, ellas te arroparán y te animarán. Esta magia nos ha hecho sentir plenamente agradecidos y unidos a las personas que nos acompañan en este viaje.
Así que después de este momento tan especial hemos tenido un ratito para reponernos antes de los talleres. Hoy las opciones estaban entre Actuación, Desigualdades, Malabares y Documental. Aunque han tenido que ser un poco apuradas por el horario, las hemos vuelto a disfrutar y a aprender de los demás. Y cómo no, la comida ha estado acompañada no sólo por música sino por una entregada Organización dispuesta a bailar hasta la saciedad para amenizarnos la espera.
Breve charla de Fernando sobre los orígenes de las civilizaciones americanas y directos al tiempo libre. Cada uno lo hemos usado de manera distinta, ya sea buscando wifi, comprando recuerdos, más ropa de abrigo o visitando en profundidad lugares que nos llamaron la atención en la gymkhana.
Pero tras disfrutar de nuestras últimas horas de libertad en La Paz, toca despedirnos de este refugio porque ya mañana partimos hacia Tihuanaco y cruzaremos a Perú. Va a ser un día duro pero que promete ser apasionante.
Ana P. Echavarría